SEXISMO: Podemos entender el sexismo en su comienzo como las diferencias biológicas que existen entre hombres y mujeres, en función del cual se asumen diferentes características y conductas .
Por un lado, a través de los estereotipos “descriptivos” se establecen las características que describen a cada sexo. Características que establecen lo que entendemos por masculinidad y feminidad. Así, la masculinidad es asociada con características de dominancia, control e independencia y la feminidad con atributos de sensibilidad, afec- to y preocupación por el bienestar ajeno.
Por otro lado, los estereotipos “presciptivos” hacen referencia a las conductas que se consideran que deben llevar a cabo hombres y mujeres. Asismimo, se produce un encasillamiento que las diferentes sociedades imponen a los sexos y que condiciona el tipo de actividades y distribución de las ocupaciones consideradas más adecuadas para ahombres o para mujeres. Los roles o papeles asignados para cada sexo se despliegan desde los estereotipos “descriptivos”. Esto significa que aceptamos que hay una existencia de papeles exclusicamente de hombres o exclusivamente de mujeres. La diferencia del posicionamiento de estos papeles ha propiciado la división del espacio público o doméstico, en esferas separadas para ambos sexos, apoderándose el hombre del espacio público o político y, por lo tanto, relegándose a la mujer al espacio doméstico.
Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que el sexismo es un prejuicio generado hacia las mujeres por el hecho de ser mujeres, entendiendo este como una actitud de hostilidad y aversión.
REFERENCIA:
Fernández, M. L. (2004). El sexismo y sus dos caras: De la hostilidad a la ambivalencia. Anuario de sexología.
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